sábado, 10 de abril de 2010

Productos light en el embarazo

No se debe pensar en consumir este tipo de productos durante el embarazo, restringir el aporte calórico mediante productos light es un gran error. Como sabrás, la alimentación durante el embarazo debe cubrir las necesidades de tu bebé y las tuyas propias. Una adecuada alimentación durante el embarazo propiciará que tu organismo esté más preparado para el parto y para la producción de leche para tu bebé. Los productos light no cubren las necesidades del organismo y no son parte de una dieta sana y equilibrada durante el embarazo. Además hay un riesgo añadido al consumir estos productos, algunos de los edulcorantes que se utilizan pueden traspasar la placenta y en grandes dosis, ocasionar daños al bebé.
Según los expertos, los alimentos light no deben ser alimentos habituales en la dieta de una mujer embarazada, consumir algún producto de vez en cuando no es malo, pero si canalizar la alimentación en torno a este tipo de productos.

El embarazo no es el momento ideal para comenzar un régimen destinado a bajar de peso, ni para empezar a consumir alimentos light, bajos en calorías pero altos en ciertos productos químicos. Si ya consumes algún alimento de este tipo, no existe razón para dejar de hacerlo durante el embarazo, aunque debes tener en cuenta que esta es una etapa en la que han de cubrirse las exigencias nutritivas tanto tuyas como del bebé, por lo que no existe ningún motivo para consumir este tipo de productos.Además recuerda que con el producto light, quizás estás consumiendo sorbitol, manitol, xilitol, sacarina, ciclamato u otras sustancias, cuyos efectos no están esta totalmente estudiados en el embarazo.

Durante la gestación es recomendable un aumento de peso de 7 a 11 kilos. Si tu alimentación es sana y equilibrada y limitas los alimentos excesivamente ricos en calorías –dulces, grasas, y panes– no deberías consumir alimentos light. De cualquier forma, si dentro de los hábitos alimenticios de la mujer embarazada, se incluye el consumo esporádico de algún tipo de alimento bajo en calorías, realmente no existen motivos por los que éste hábito tenga que desaparecer durante la gestación. Lo importante es que no los consumas en grandes cantidades.

Los excesos resultan riesgosos El empleo indiscriminado de estos u otros productos alimenticios, modificados industrialmente, puede alterar la salud. Necesitamos grasas, proteínas y azúcares para nuestro correcto funcionamiento, más aún durante el embarazo. Si sustituyes alimentos convencionales por sus versiones light, podrìas presentar carencia de nutrientes esenciales. La grasa es vehículo de ácidos grasos esenciales (linoléico y linolénico) y de vitaminas solubles en grasa (A, D, E, K), que cumplen funciones de gran importancia. Sucede lo mismo si se suprimen o limitan al máximo alimentos ricos en hidratos de carbono como cereales, legumbres, verduras y frutas: estamos reduciendo nuestro aporte de energía y posiblemente de vitaminas solubles en agua (complejo B y vitamina C).

La situación se agrava si a ello se suma el empleo de productos "sin azúcar", sobre todo en el embarazo, cuando la mujer y su bebé requieren de una sana y equilibrada alimentación, tanto en calidad como en cantidad: es más, si limitamos al extremo las calorías, proteínas, carbohidratos y grasas, generamos una situación de “auto canibalismo" en la que consumimos nuestras propias reservas corporales, con efectos perjudiciales para la salud.

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